© Cortesía de La Condesa.
Piscina Conde es un viaje nostálgico lleno de neón, lentejuelas y estampados divertidísimos que te traslada a todos los veranos de tu vida.
Pocos galones, puños decorados, adornos de cuerdas o botones de latón. La inspiración militar que ha caracterizado a las prendas de La Condesa desde sus inicios ha cedido su puesto de honor a un universo piscinero que tiene origen en la infancia de la diseñadora.
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Para su
colección de Primavera-Verano 2019 - su debut en la pasarela
MBFW Madrid-,
Marina Conde ha trasladado a todo el condado y su legión de fans al negocio familiar que regentaron sus abuelos en Badajoz.
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Años 60. La Piscina Conde se convierte de noche en un club social en el que se celebran guateques con música en directo. De día es una piscina familiar llena de niños disfrutando del verano. “Decidí rescatar estos momentos porque representan la niñez y la felicidad absoluta”.
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Esta nueva propuesta destaca por sus colores neón combinados con tonos pastel, lentejuelas, prendas de acabado iridiscente y cortes muy femeninos. Tampoco podían faltar los toques rebeldes de aristocracia y rock&roll que imprime La Condesa en todas sus colecciones. En esta ocasión toman forma a través de un estampado estrella: una vista aérea de un paisaje lleno de enormes piscinas; de un complemento de tendencia: la riñonera que surge como nueva versión de los bolsos que acaba de lanzar la marca; y de una prenda: demos la bienvenida a los conjuntos tipo chándal de La Condesa. Son los 60 abrazando los 80 en un viaje nostálgico hacia una piscina a la que siempre querríamos volver.
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Seguro que te has fijado en las sandalias de tacón transparentes y con grandes lazos atados al tobillo, y en las chanclas del desfile. Las primeras son de Ana Marttin, firma de calzado que diseña y produce en España (al igual que La Condesa); las segundas pertenecen a la firma Igor, que ha customizado su calzado plano con los tejidos de Piscina Conde.
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